Reina de Castilla (1474-1504)
Nació en Madrigal de las Altas Torres. Hija de Juan II y de su segunda mujer Isabel de Portugal. A la muerte de su padre ocupó el trono su hermanastro Enrique IV. En el pacto de Toros de Guisando (1468), Enrique reconoció a Isabel como heredera y sucesora de sus reinos. El 19 de octubre de 1469 contrajo matrimonio con Fernando, hijo de Juan II de Aragón y de Juana Enríquez (de la casa Trastámara). La consanguinidad de ambos cónyuges (eran primos) fue resuelta a través de una bula de dispensa pontificia firmada por el papa Calixto, bula que había sido falsificada por el obispo de Segovia. Al enterarse Enrique IV de que el matrimonio se había consumado sin su consentimiento, anuló lo pactado en Toros de Guisando y declaró a su hija Juana, La Beltraneja, como legítima y heredera del trono. A la muerte de Enrique IV de Trastámara, la nobleza se agrupó en torno a ella nombrándola heredera en contra de los derechos de Juana la Beltraneja. Entabló una guerra con su sobrina Juana y el triunfo en el conflicto sucesorio coincidió con la unión dinástica de Aragón y su reino. Isabel y Fernando inauguraron en España el Estado moderno. Fue con ellos cuando se finalizó la empresa medieval de la Reconquista, se inició el camino hacia la unidad territorial y surgió la monarquía autoritaria con una nueva organización interna. Se inició la reorganización legal de las Cortes de Toledo, la recopilación de las Ordenanzas Reales de Castilla (realizada por Alonso Díaz de Montalvo) y la inserción de letrados en el gobierno como grupo adicto al poder de la monarquía. La nobleza, que acató el triunfo de la guerra de Sucesión, fue también su colaboradora en el nuevo régimen, viendo consolidado su dominio económico y social y generalizada legalmente la institución del mayorazgo.Los reyes decidieron terminar con el último bastión musulmán en Europa occidental mediante la conquista del reino Nazarí de Granada (1481-1492), al que repoblaron con más de 35.000 castellanos. Se estableció la nueva Inquisición (1478), dirigida en principio contra los conversos que judaizaban en Andalucía y extendida después por todo el reino, la expulsión de los judíos (1492), medida complementaria de la anterior, que les obligaba mediante decreto a convertirse o emigrar, y la conversión de otras minorías religiosas como los moriscos de Granada, a los que trató de atraer mediante la tolerancia y las predicaciones de fray Hernando de Talavera y, al no conseguirlo, impuso los métodos más severos del cardenal Cisneros, provocando rebeliones de 1499 a 1501, seguidas de conversiones en masa al catolicismo. La reina pretendía mantener una buena relación con Portugal, a través de enlaces matrimoniales como el de su hija Isabel con don Alfonso de Portugal y, a la muerte de éste, con don Manuel el Afortunado, así como la de su otra hija, María de Aragón, con don Manuel cuando éste enviudó. Gran empeño puso igualmente en la expansión ultramarina en el Atlántico, que iniciada con Canarias, culminaría con el descubrimiento de América (1492). Aunque después de las primeras empresas colombinas, ni ella ni su marido, que siguieron protegiendo a Cristóbal Colón, se volcaron en la empresa. Isabel de Castilla, La Católica, título que le había concedido el papa Alejandro VI, falleció el 26 de noviembre de 1504, en Medina del Campo.
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